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La esencia se cultiva con cuidado y se comparte con amor.

Actualizado: 17 dic 2020


Safrà del Montsec. Una empresa que honra a la Madre Tierra con la premisa de un trabajo con las manos y el corazón.


Magda y Jaume son los representantes de nuestra historia de esta semana.

Una pareja que es equipo, empresa y complemento para el otro. Dos opuestos que han cultivado con paciencia y cariño el sueño de vivir de la tierra, con cuidado, dedicación y profesionalismo.


Esta historia comenzó hace quince años, y hace cinco nació (gracias a esta unión), un proyecto que ha sido producto de la planeación, la investigación y la observación consciente de la tierra, los procesos naturales y humanos para trabajarla.


Magda es de Bogotá, Colombia y al hablar con ella pudimos percibir la serenidad, la calma y la fortaleza propias de la sabana. Al viajar hasta Cataluña se ha traído consigo esa esencia cuidadora, ese impulso de superación y creatividad, para combinarlo, sembrarlo y cultivarlo con la determinación, constancia y compromiso de Jaume, con quien está casada y asociada.


Juntos, han puesto y extraído lo mejor de cada uno, de su cultura, personalidad y costumbres, eso que los hace únicos, para dar vida a este proyecto tan natural, lleno de tradición, color, aroma y elegancia.


Desde siempre tenían claro que querían trabajar con la tierra. Además, desde que comenzaron con su historia, sabían que querían tener la libertad de elegir su entorno, y de allí, elegir a qué dedicarse, y no al revés.


Así fue cómo eligieron la Masía Mauri en Llimiana (Lleida) como lugar para vivir y trabajar. Se fueron para el campo, y comenzaron a investigar el área, a qué se dedicaban históricamente, descubriendo que el cultivo de Azafrán era una de las principales actividades económicas de la región en la Edad Media. Luego se encontraron con que en su cocina tenían azafrán de la mejor calidad y de hace mucho tiempo, lo que tomaron como esa confirmación que necesitaban para seguir dando pasos hacia su sueño.


Investigar, leer, preguntar, observar. Fueron estos sus verbos principales para dar marcha al proyecto. Aprendieron de un hombre que ha dedicado su vida a cultivar y apreciar (como el arte que es) esta ancestral tarea.


Luego de recolectar información y de ponerla en práctica, desarrollaron un proceso único en el que combinan los procesos tradicionales (enfocados en la calidad antes que en la cantidad), con sus pilares fundamentales actuales (respeto por la tierra, las plantas y el consumidor final).


El resultado, un producto artesanal, en el que se cuida cada una de las fases del proceso con un trabajo y ‘Mimo’ que les ha dado el nivel de Categoría 1.


Safrà del Montsec es el producto de la transparencia, tan transparentes y sostenibles como sus creadores. Magda y Jaume están abiertos a compartir su proceso abiertamente, pues reconocen que parte fundamental de su labor es la pedagogía. Enseñar y desmitificar. Mostrar todo el cuidado, la delicadeza y las propiedades que esta especia de lujo trae consigo.


Hablar de azafrán es hablar de historia y tradición Catalana, este es un ingrediente utilizado en las recetas más tradicionales y de hecho los dos recetarios catalanes más antiguos, lo incluyen en casi todas las preparaciones. Este ingresó a Catalunya entre los siglos VIII Y IX... Uno de los primeros recetarios es del siglo XV. Ya con este contexto se entiende mejor por qué hablamos de tradición.


Y así lo transmiten con Safrà del Montsec, no sólo en su forma de ser, de cultivar, y de procesar. También lo reflejan en el producto final.




Debemos confesar que en este caso las apariencias no nos engañaron.


Llegó a nuestra casa un producto tan meticulosamente empacado que parecía una joya que nos hizo sentir especiales desde el primer momento. Este está cuidadosamente elaborado, empacado e ilustrado, fiel reflejo de de su amor y respeto por el planeta tierra.


Al abrir la caja, continuamos reafirmando que teníamos enfrente un elemento sagrado.


Y las sorpresas seguían surgiendo en la medida que nos íbamos aproximando al producto.

En el centro, rodeado de un delicado heno (como si fuese un pedacito de su granja), hay otra cajita más pequeña, con el logo precioso de la marca, cubriendo (más no ocultando), el frasco de vidrio contenedor de un gramo de Azafrán (una de sus 4 presentaciones). Juntos nos dieron la sensación de tener en nuestro poder una poción mágica de un sabio personaje hechicero.


La magia comenzaba incluso antes de probar el producto. En la caja pequeña también encontramos un plegable con información importante sobre el producto y la mejor forma de utilizarlo para apreciar y disfrutar de sus propiedades en todo su potencial.


Una de las instrucciones es la sugerencia de diluir unas cuantas hebras, mínimo cuatro horas para permitir que éstas doten de color, aroma y sabor el plato que vayamos a engalanar.


Es tan alto su estándar que inmediatamente nos surgió la necesidad de realizar una preparación digna de este ingrediente. Así fue como dimos paso a Rafa, para que nos deleitara con su nuevo plato estrella: Mejillones a la Marinera.



Sabemos que él tiene un talento natural para la cocina, pero luego de incluir el azafrán no sabemos si este último se encargó de darle ese toque único que nos dejó fascinadas. No se sabía quién de los tres se saboreaba y agradecía más.


Es responsabilidad de Magda, Jaume y su azafrán que nos hayamos comido casi dos kilos de mejillones, pues tanta delicia era para comer hasta cansarse (aunque esto último no lo conseguimos).


Fue una experiencia completa visual, olfativa, gustativa, auditiva, pues al comer nos parecía escuchar “¡Ei, que estem al'antiga Catalunya!”, y conmemorativa, pues sentimos una conexión ESPECIA-L (quizá por eso el nombre de Especia) con lo ancestral.


¡Mejor dicho! Conocer a Jaume y a Magda por medio de su azafrán y viceversa, ha sido una experiencia preciosa que nos reafirma que no elegimos nada de lo que nos rodea (personas, profesiones y cosas) al azar… Al recibir el producto les conocimos en su forma más profesional y cuidadosa, nos elevó los estándares de sabor y experiencias culinarias. Al hablar con ellos sentimos su conexión con la tierra, su estado sereno, aterrizado, enraizado, confiable.


Adicionalmente ellos y su empresa son la prueba de que no existen barreras para emprender, que la nacionalidad, la raza o incluso el idioma son elementos que varían según el contexto pero que no definen el éxito de una idea. Su pasión, disciplina, capacidad de reinventarse y perfeccionarse no solo inspiran sino que son una prueba de que podemos ser aquello que nos imaginemos y que nuestras circunstancias no nos definen.


Su experiencia con Safrà del Montsec les ha llevado a descubrir todo lo que la tierra puede dar y cuánto puede dar el ser humano a ella y a los otros. El azafrán les ha enseñado a ser flexibles, a adaptarse a los procesos naturales, a ser fuertes como la tierra, a tener raíces firmes, y a expandir sus ramas hasta la mesa de sus comensales.


Su esencia (aunquen vienen de dos lugares diferentes del mundo), es la prueba de que lo mejor de la tierra se lleva dentro y es la personalidad, en los valores y la forma de ser y estar en el mundo, con los otros. Magda es otra forma bonita de hablar de Colombia, Jaume es una nueva manera de entender, acercarse y conectarse con Cataluña.



Entregan sus productos personalmente pues su pilar es la creación y cuidado de las relaciones con sus clientes. Ellos saben que cultivar el azafrán es la mejor forma de compartir-se, porque es un producto precioso que tiene una historia hermosa por contar, de la que están enamorados y hacen que quienes la conocen también lo hagan.



No podemos cerrar este artículo sin dar las gracias a Safrà del Montsec por abrir el espacio para que las personas podamos llevar a nuestra mesa platos dignos de estrellas michelín.


Sus presentaciones:


  • 10g y 1 onza (28,35g) en lata metálica



Están al alcance de un click:



Su promesa de entrega está entre 24 y 72 horas dependiendo de la ubicación del cliente.


Su cobertura es nacional (muy pronto internacionales)


No hay pretexto para no encontrarlos:



Gracias chicos por abrirnos las puertas de vuestra casa, vuestros sueños y por enseñarnos que los Colombianos tenemos esencia para exportar, dar y compartir y que los Catalanes son unos cautos pero decididos soñadores que aploman y materializan ideas.



¿Quieres contar tu historia o conoces a algún emprendedor que quiera compartir su sueño con nosotros?, encontrarnos es muy fácil:


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  • Whatsapp: +34 688 31 36 20

  • Email: paisalanes@gmail.com



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